Para llegar a Santiago tienes que tener una razón muy fuerte. Si esto no sería una peregrinación, si sería simplemente un paseo turístico, una aventura de ciclismo, una combinación de fotografía y ciclismo, etc., hace muchos días que habríamos desistido de la empresa.
El Camino saca de ti fuerza y habilidades insospechadas.
Estamos TODOS hecho tierra, con muy pocas reservas para el día, pero dispuestos a entregar todo para llegar.
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